A pesar de que su consumo no es peligroso para la salud en personas sanas, pueden comportar cierto riesgo en quienes sufren hipertensión o cardiopatías.
El consumo de bebidas energéticas es cada vez más frecuente. Aportan una dosis de energía que estimula y despierta de manera rápida, a la vez que provocan una sensación de bienestar y concentración. Su consumo se incrementa de manera exponencial en época de exámenes entre los jóvenes, sus principales consumidores y que las utilizan para combatir el estrés, la fatiga y el sueño durante los largos maratones de estudio. También son un complemento energético para deportistas. Sin embargo, hay que cuidar la ingesta, ya que sus efectos pueden ser perjudiciales para la salud si se consumen como sustituto nutricional, mezcladas con alcohol, o si su ingesta es abusiva.
Por TERESA ROMANILLOS
La mezcla de varios cafés y algunos combinados de bebidas energéticas con alcohol resultó hace poco explosiva para un joven que había salido de fiesta y pretendía aguantar así toda la noche. Fue necesario ingresarle en un hospital porque estaba inconsciente, aunque no se encontraron rastros de sustancias tóxicas en el organismo y los niveles de alcoholemia no eran excesivos. Sin embargo, todo se complicó hasta el punto de precisar respiración asistida e ingreso en un servicio de cuidados intensivos (UCI). El caso se resolvió de manera satisfactoria, pero los especialistas recomiendan ser cuidadosos con las bebidas que se ingieren o con sus mezclas.
Corazón alterado
Un estudio realizado por la Wayne State University (Detroit, EE.UU.) ha demostrado que el consumo de bebidas energéticas eleva la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea. Para probarlo, 15 adultos entre 20 y 39 años tomaron dos latas de una bebida energética estándar al día durante una semana. Cada lata de bebida contenía una media de 80 miligramos de cafeína y 1 gramo de taurina. Los participantes se abstuvieron de tomar otras fuentes de cafeína antes y durante el estudio.
La mezcla de estas bebidas puede llegar a causar temblores y arritmias en dosis elevadas
Para la obtención de datos, se realizó un electrocardiograma y se midieron la presión arterial y la frecuencia cardíaca el primer día, antes de ingerir nada. Durante una semana, los científicos midieron las mismas variables cada día después de que los voluntarios se bebieran las dos latas. Los resultados reflejaron en la presión sanguínea sistólica (máxima) y diastólica (mínima) un aumento aproximado del 7% con respecto al primer día y un incremento de la frecuencia cardíaca del 9%.
No obstante, los registros de electrocardiograma no variaron de manera significativa. James Kaulus, coordinador del estudio, señaló que, aunque el aumento fue evidente, no se obtuvieron cifras peligrosas para la salud de una persona sana. Sin embargo, éstas podrían tener una relevancia muy diferente para quienes tienen problemas de salud, sobre todo, para pacientes con hipertensión y con cardiopatías.
Café largo con azúcar
Las bebidas energéticas, que no deben confundirse con las bebidas isotónicas, están compuestas, en su mayoría, por agua, carbohidratos, vitaminas, cafeína y otras sustancias tonificantes como la taurina. Cuando se combinan con alcohol en bares y discotecas para evitar el cansancio tras muchas horas de fiesta, la mezcla enmascara la sensación de embriaguez debido a las sustancias estimulantes que contienen, como la cafeína o la taurina. Éstas contrarrestan el efecto sedante del alcohol e incitan, con frecuencia, a una ingesta más elevada.
En sí resultan un cóctel elaborado con agua -para una correcta hidratación-, una fuente de energía rápida y fácil de metabolizar (azúcar) y estimulantes del sistema nervioso. Esta mezcla pone al cuerpo en alerta y tensión. En dosis elevadas, puede llegar a causar temblores y arritmias. Además, una elevada concentración de azúcares puede dificultar la correcta absorción de agua en el intestino. Por este motivo, después de realizar ejercicio, no se recomienda ingerir este tipo de bebidas, ya que no facilitan la hidratación.
Otro de los ingredientes destacados es la cafeína. La dosis presente en una lata de bebida energética es la misma que la dosis de un café doméstico elaborado con cafetera de filtro. La cafeína es una sustancia estimulante y psicoactiva del sistema nervioso central. Sus efectos más apreciables son la eliminación de la somnolencia y la puesta en alerta del organismo. Además, las bebidas energéticas incluyen hierbas y frutos, como semilla de guaraná, nueces de cola y hojas de mate, que también contienen cafeína.
TAURINA, GUANINA Y ARGININA
- Imagen: sanja gjenero -
A la mayoría de estas bebidas se les añade también taurina, un aminoácido esencial que disminuye la sensación de fatiga y aumenta el rendimiento muscular. Se localiza en muchos tejidos humanos, de manera especial, en la bilis y en la leche materna. Se ha constatado que incrementa el rendimiento de los deportistas. No obstante, la dosis beneficiosa depende en gran medida de la sensibilidad de cada individuo, de modo que su consumo habitual puede ser positivo para algunos y perjudicial para otros.
La guanina y la arginina son otros aminoácidos de las bebidas energéticas, mientras que algunas contienen triglicéridos, sustancias más lentas de metabolizar y absorber que los azúcares, de modo que su función principal es retardar la fatiga muscular. Las bebidas energéticas pueden ser un buen complemento energético para deportistas y estudiantes, siempre que se combinen con una dieta adecuada, suficientes horas de descanso y una correcta hidratación. Por el contrario, el consumo poco prudente, como sustituto nutricional, su ingesta abusiva o mezcladas con alcohol puede conllevar problemas de salud.
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