La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de etiología vírica. Casi siempre su comienzo es súbito, febril, con intensa cefalalgia, postración, catarro respiratorio, y notable tendencia a producir complicaciones pulmonares cianosantes en las que con frecuencia intervienen el bacilo de la influenza y cocos diversos, pero sobre todo los estafilococos dorados, los neumo y estreptococos.
Suele tener un carácter pandémico muy acentuado. En ocasiones invade países enteros en forma de epidemias, que ocurren sobre todo entre diciembre y febrero en el hemisferio septentrional y entre junio y septiembre en el hemisferio opuesto.
La morbilidad - casos afectados- de las poblaciones en épocas de epidemia oscila entre el 10 y 25% y los casos de defunción por complicaciones alcanza sobre un 2%.
El paso decisivo en nuestros conocimientos sobre las causas de la gripe se produjo en 1.933 y lo debemos a SMITH y LAINDLAW. Descubrieron que el hurón es sensible a un virus filtrable presente en las secreciones nasofaríngeas de los enfermos afectados de la gripe típica. Al años siguiente se logró la infección de un ratón por parte de los mismos investigadores. Lo cual facilitó mucho los trabajos de investigación del virus. A partir de allí el virus de la gripe es uno de los más y mejor estudiados.
Desde un punto de vista antigénico existen muchas diferencias entre las cepas de virus gripal. Se han clasificado en tres tipos: A, B, y C. Los más conocidos y más importantes son los A y B. La Primera cepa aislada por SMITH se denominó WS y pertenecía al tipo A que es el más mutable desde el punto de vista de los antígenos. Se conocen las sub-variedades A, A1 y A2 o asiática.
En el tipo B las cepas son antigénicamente más uniformes y mucho más estables, es decir, muestran menor tendencia a la variación que las del tipo A. La primera cepa fue aislada por FRANCIS en 1940.
El tipo C fue aislado por TAYLOR en 1949. Su importancia patógena es mucho menor.
El virus de la gripe posee la singular propiedad de experimentar un cambio gradual en su composición antigénica en el curso de los años. Lo cual da lugar a periódicas oleadas de epidemias. Si bien la aparición de estas oleadas puede predecirse, desde el punto de vista de la medicina alopática son pocas las medidas preventivas que pueden adoptarse cuando irrumpe la nueva oleada, con la nueva variedad de virus.
El virus de la gripe se incluye dentro del grupo de los mixovirus. Tiene de 80 a 200 nm de diámetro. Y resulta fácil de cultivar en las membranas del embrión de pollo. El microscopio electrónico muestra una forma esférica con espículas en la superficie y que posee una cápsula y un núcleo de nucleoproteinas infectivas.
La enfermedad se transmite de una a otra persona por las gotitas expedidas al toser. Se produce con más intensidad y frecuencia tras grandes variaciones térmicas en las estaciones frias, en personas cuyo sistema neuro-endocrino-inmunológico no es capaz de reaccionar adecuadamente adaptándose a estas variaciones.
La forma más frecuente se acompaña de trastornos a nivel de aparato respiratorio. Es una virosis neumótropa.
Tras un periodo de incubación de 18 horas a tres días y de modo brusco, sobreviene un ascenso rápido de la temperatura con gran dolor de cabeza y dolorimiento intenso de los miembros y región lumbar, gran laxitud y muchas veces escalofríos. La postración es profunda y los dolores de las órbitas oculares son característicos.
Los estornudos y el catarro de la conjuntiva, con lagrimeo intenso, son otros síntomas.
La fiebre y el pulso muestran caracteres dispares. Una gripe no complicada puede provocar de 3 a 6 días de fiebre.
El cuadro hemático muestra leucopenia - bajada de leucocitos- con polinucleosis, seguida muy proto de linfocitosis post-infecciosa. Al inicio faltan o están muy disminuidos los eosinófilos.
Las complicaciones son frecuentes. Tales como la otitis media, las inflamaciones de los senos etc. Y otras más graves como bronconeumonía.
Personas previamente afectadas de bronquitis crónica, personas ancianas, fumadores, personas que trabajan con mucho contacto con el público, etc. poseen mayor riesgo de infección gripal así como de complicaciones.
Lo mejor es prevenir.
Lo dicho en nuestro artículo sobre la prevención del catarro es en parte válido a la hora de prevenir la gripe.
La ECHINACEA es de gran valor en ese sentido.
Cada año, desde el ámbito de la Homeopatía se preparara un remedio llamado INFLUENZINUM con las cepas que prepara el INSTITUTO PASTEUR. Lo mismo sucede con ANAS BARBARIAE. De este último existen preparados que funcionan muy bien en plan preventivo. Basta con tomar cinco tubos dosis en semanas consecutivas a razón de un tubo a la semana. También existen fórmulas de complejos que actúan como buenos preventivos.
Las ampollas de COBRE, o bien COBRE-ORO-PLATA dan muy buenos resultados a la hora de la prevención.
Aceite esencial de Tomillo y Romero también son eficaces.
El PROPOLEO bien utilizado, sólo o en combinación con TOMLLO, EQUINACEA, etc. da buenos resultados.
Los cítricos poseen un gran poder de actuación sobre el sistema inmonólogico. Gran parte de los beneficios que representan para el organismo se deben a su gran poder antioxidante. Ayudan en la prevención de un gran número de enfermedades del aparato respiratorio.
Para asegurar que la ración diaria de cítricos cumpla con las necesidades del organismo los expertos aconsejan consumir al menos dos piezas al día y que una de ellas sea un zumo recien obtenido por la mañana.
Según Santiago Grisolía, secretario de la Fundación Valenciana de estudios avanzados la Viamina C de los cítricos tiene un efecto protector de las vías respiratorias y potencia las defensas del organismo.
Evitar la ansiedad, el estrés, una alimentación sana y equilibrada en la que no falten los cítricos, ejercicio en contacto con la naturaleza y tomar algún preparado con eficacia preventiva son normas sencillas que debemos poner en marcha en esta época del año para prevenirnos de la gripe.
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