Un sacerdote musulmán fue invitado a comer por una
devota pareja. Al cruzar el umbral de la casa, el mulá grito repentinamente:
"¡Fuera! ¡Fuera!", como si estuviera espantando a un animal. Su
anfitrión le preguntó por qué gritaba así y el sacerdote le explicó:
- Acabo de ver un perro que se colaba en la sagrada
Kaaba de La Meca. Por eso lo he espantado.
El anfitrión quedó profundamente impresionado por los
poderes espirituales de aquel mulá que le permitían ver lo que sucedía en La
Meca, a miles de kilómetros de distancia.
Pero la señora de la casa tenía sus dudas. Al servirle
la comida al sacerdote, escondió el curry debajo del arroz. Y el mulá, al ver
curry en los demás platos y en el suyo no, echó un vistazo a su alrededor.
- ¿Quieres algo? -le preguntó la mujer.
- No veo curry en mi plato -dijo el mulá.
- Tú que alcanzas a ver La Meca -replicó ella-, ¿no
puedes ver lo que hay debajo del arroz?
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