La persona auténticamente libre es la que ama de manera gratuita y desinteresada.
El que está encerrado en el círculo del egoísmo obsesivo no es libre de verdad, porque se auto-incapacita para amar y crear vida.
Libertad y amor son dos términos correlativos. Van unidos.
La verdadera libertad desemboca en el amor y el amor genuino es el que nos hace profundamente libres.
Quien se desvive en el servicio sencillo y desinteresado a los hermanos se siente liberado, porque la legítima libertad no radica en el cultivo del propio egoísmo, sino en la autodonación al otro por amor.
La verdadera libertad es la que nos capacita para amar.
Hemos de liberarnos de los miedos y las culpas, grandes obstáculos en el camino del amor.
Eres libre de todo lo que amas y eres o te convertirás en todo aquello que rechazas.
SONRÍE.... y ama, y serás libre.
así sea, amor y libertad
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