AUTOESTIMA

viernes, 20 de marzo de 2009

AGUERO







Nací en Ayerbe. Me críe en Agüero. Os invito a conocer algo de este bonito pueblo del pre-pirineo aragonés.


El pueblo es un conjunto pintoresco, de trazado medieval, con una historia propia. Es integrante del "Reino de los Mallos"
El arte románico se manifiesta aquí enigmático y grandioso en todas las obras arquitectónicas que posee.


Es característica su fabla, sumamente rica en vocablos, giros y topónimos. La única en la zona.
Tiene un interesante museo dedicado al órgano, con piezas únicas que recorren la historia de ese instrumento.

IGLESIA DE SANTIGO

A unos setecientos metros al Este del casco urbano de Agüero, se levanta un espléndido edificio de estilo románico que siempre ha sido tenido como ermita del lugar, aunque su magnificencia denota que su condición de ermita es sólo una impresión puramente topográfica. Notas documentales sobre este templo no hay, excepción hecha de dos referencias pertenecientes a unas visitas episcopales. Por la primera sabemos que, en esta ermita, existe en 1786 una Cofradía de Hidalgos de Santiago de Agüero; por la segunda conocemos cómo, en l805, se ordena que sea una de las pocas ermitas que quede con culto. El edificio es del siglo XIl; fue descubierto y publicado por Ricardo del Arco en 1919 y ha sido estudiado por Sanvicente (1970). Consta de un conjunto de tres ábsides que se abren a otros tantos espacios que constituyen el primer tramo de las tres naves del templo. Cerrado precipitadamente con un muro que cubre los tres arcos de comunicación de este primer tramo con el que le seguiría, fue cubierto con tres bóvedas de cañón apuntado y perpendicular al ábside que le corresponde. En el lado sur de este primer tramo se abrió la puerta de ingreso al templo, recientemente restaurado por Bellas Artes con gran acierto. El primer problema con que nos encontramos, es el de la paternidad de la iglesia. Intentar saber cuál fue el motivo de esta edificación y quién ordenó su obra, es una incógnita muy difícil de despejar. No parece fuera fundación real, ni siquiera obra de patronazgo de alguna familia noble de la zona. Sólo nos queda pensar que fuera un edificio construido por alguna Orden Militar o por algún poderoso monasterio. De estas dos opciones descartamos la primera ya que no encontramos ninguna relación entre esta villa y las Ordenes conocidas. Y respecto a la segunda, como mera hipótesis, vamos a intentar demostrar las vinculaciones existentes entre San Juan de la Peña y esta zona de Agüero. La Real Casa y Panteón de San Juan había recibido, a fines del siglo XI, un amplio conjunto de tierras y propiedades en la zona de Agüero. Propiedades que habían sido donadas por sus dueños a los diferentes cenobios que, más tarde, pasaron a depender del monasterio pinatense. Bienes territoriales que dejarán de mencionarse tras los graves sucesos que pusieron fin al abaciazgo de Juan. Este monje gobernó el monasterio hasta el año 1170, fecha en la que fue destituido del cargo y expulsado de reino aragonés. El motivo de todo este suceso, en el que van a tener que intervenir el Papa Adriano IV y el príncipe Ramón Berenguer IV de Aragón, se sabe que es la mala administración y los excesivos gastos ocasionados del mandato del abad Juan. El caso es que, por estos años, se deja sin terminar el bello claustro románico del monasterio pinatense y, para salvar al cenobio de la ruina, Ramón Berenguer IV ofrece una serie de donaciones. La iglesia de Santiago de Agüero bien pudiera ser otra obra de este abad, obra en consecuencia inacabada como podemos ver al contemplarla. El motivo de su construcción habría sido el de lograr un mayor acercamiento a los centros de decisión política. El monasterio de San Juan de la Peña se ha quedado fuera de la órbita de influencia, la capital ya está en Zaragoza aunque Huesca, por su situación en los caminos de la Corona aragonesa, sigue siendo punto importante de decisión. Allí, en la ciudad, el cenobio pinatense sólo posee una iglesia y lo más cercano que domina está en Agüero. Esta iglesia podría haber sido el primer jalón para el traslado del monasterio a un sitio más cercano a la monarquía, a unos reyes que no suben con la frecuencia que antaño. Además, esta iglesia de Santiago la encontramos totalmente relacionada con una serie de edificios en las Cinco Villas, algunos dominios de San Juan de la Peña, que se terminan y consagran entre 1170 y 1191 . Las columnas contrafuerte, tan típicas de este templo agüerano, las encontramos en la iglesia de Puilampa y en la de San Miguel de Daroca. Las bóvedas de cañón apuntado están en varias obras de las Cinco Villas y el mismo tipo de cubierta absidial -bóveda sobre 10 nervios- tiene Santa María de Ejea. También habrá conexiones entre estas zonas en la escultura de Santiago de Agüero, obra de gran importancia y próxima a la transición al gótico. El tímpano de la portada sur, única realizada, presenta una bella Epifanía. Apoyada sobre dos modillones esculpidos en forma de animal andrófago -de¡ que salen hombre (lado derecho) y una mujer-, la escena de la Adoración de los Magos Agüero ofrece un precioso precedente para las Epifanías del Cuatroccento italiano. El mismo tímpano, con el mismo tema, tenemos en la iglesia de San MIguel de Biota y en la de San Nicolás de Frago, ambas en la comarca de las Cinco Villas. En esta portada hay una preciosa colección de nueve capiteles, que se colocaron en dos fases, en los que podemos ver escenas de centauros, fieras devorando a su presa, luchas de caballeros y el famosísimo tema de la bailarina. En la parte interior de la portada también podemos ver unas escenas de luchas entre guerreros -luchas en las que al musulmán se le representa con escudo redondo y al cristiano con uno apuntado- a caballo. La célebre bailarina, obra que puede servir como firma de¡ que denominamos Maestro de Agüero y que pensamos nada tiene que ver con el conocido Maestro de San Juan de la Peña, es un tema frecuente en las Cinco Villas -Biota, El Frago, Ejea-, en un capitel de San Pedro el Viejo de Huesca y en una escena del ábside románico de la Seo de Zaragoza. Representa a Salomé y se nos presenta en dos tipos: uno iniciando la danza con un arpista y el otro en una actitud increíblemente distorsionada, sueltos los cabellos y acompañada por un pequeño solista de gorro puntiagudo. En el interior del templo, en el ábside central hay una arquería de arcos ciegos que intenta suprimir la antiesteticidad del muro. Allí hay decoraciones preferentemente de gustos geométricos en las que se introducen elementos de tipo figurativo: monstruos sujetando vides, cabezas, una curiosa cara en el segundo capitel de la derecha y abundantes muestras geométricas de círculos anudados, abiertos o con nudo cerrado, entrelazos.... que nos parecen similares y de la misma mano que los detalles idénticos de la portada de la iglesia cincovillera de Puilampa, obra en la que trabajó el maestro Bernardo y se terminó antes de 1191. En el exterior de este ábside central hay una imposta esculturada que es de la misma autoría que otra, interior, situada en el ábside de la Epístola. Este friso interior, de apenas catorce centímetros de altura, narra una serie de escenas de la vida de Cristo: concretamente de la Infancia y Nacimiento. Todas las escenas están enmarcadas entre hojas y frutos, cuyas curvas crean un cierto ritmo que genera sensación de movimiento. Las escenas representadas son: la Anunciación, la Visitación, El Nacimiento, la Cabalgata de los Magos hacia Belén, la Adoración del Niño por los Magos, la dormición de éstos y el aviso del ángel, la presentación en el Templo. Sigue una pieza completa dedicada a los Santos Inocentes con Herodes ordenando a los soldados la matanza y con el auxilio de unos sabios que escrutan el nacimiento del Mesías en los libros antiguos. Vemos a continuación el aviso del ángel a San José y la marcha de la Sagrada Familia, de regreso a Israel, con lo que se cerraría el ciclo de la infancia de Jesús. Completan el conjunto histórico del templo, los canetes y los capiteles del interior, a los que se les ha visto relación con los de Santo Domingo de la Calzada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario