AUTOESTIMA

viernes, 5 de febrero de 2010

LA LECITINA DE SOJA



La colesterolemia (colesterol elevado en sangre) se asocia con la arterosclerosis y la enfermedad coronaria, lo que supone un verdadero problema de salud pública en España, donde más de la mitad de las personas entre 35 y 64 años (57,6%) tiene un nivel igual o superior a 200 mg/dl, el máximo consensuado por las sociedades europeas para la prevención de la enfermedad coronaria. Para mantenerlo dentro de unos límites saludables, es recomendable tomar lecitina de soja y seguir una dieta sana con alimentos que, por sus componentes, son cardiosaludables. También deben consumirse alimentos ricos en nutrientes (fósforo, ácidos grasos esenciales, colina, inositol), esenciales para la producción endógena de lecitina, como cereales integrales, aceite virgen de primera presión en frío, huevo y frutos secos.

Efecto positivo

La lecitina o fosfatidilcolina es un fosfolípido, una mezcla compleja de grasas, ácidos grasos esenciales, fósforo y dos vitaminas del grupo B (colina e inositol). En el organismo, los fosfolípidos ayudan a mantener en suspensión el colesterol sanguíneo e impiden que se deposite en las paredes arteriales y venosas. Estos compuestos son también esenciales para la estructura de los tejidos nerviosos y para el correcto funcionamiento de las glándulas.

Los fosfolípidos impiden que el colesterol se deposite en las paredes arteriales y venosas

A partir de estos conocimientos, se ha interpretado que tomar lecitina de soja como complemento dietético tiene efecto hipocolesterolemiante. Las revisiones científicas sobre este tema demuestran que la mayoría de ensayos clínicos con pacientes (son más numerosos los estudios experimentales con animales) han dado resultados positivos, pero no convincentes.

Estas diferencias pueden deberse a varios factores que habría que considerar en posteriores estudios para tener la evidencia de que el complemento funciona: heterogeneidad de la muestra (población estudiada con distintos grados de hipercolesterolemia), el tipo de lecitina empleado, la dosis administrada o la duración del tratamiento, entre otros.

Por el momento, la lecitina de soja puede servir como complemento preventivo, aunque no terapéutico, en caso de tener el diagnostico de hipercolesterolemia, cuyo tratamiento determinará el médico especialista.

Prevención de cálculos biliares

Un nivel de colesterol superior al saludable (200 mg/dl), o el hábito de comer abundantes alimentos ricos en colesterol (sesos, mantequilla, tocino, embutidos, quesos curados, bollería, pastelería industrial y precocinados elaborados con aceites vegetales parcialmente hidrogenados -grasas trans-, etc.) son dos factores de riesgo para el desarrollo de cálculos biliares (litiasis biliar o colelitiasis). El 80% contienen colesterol, aunque en distinta proporción, además de sales de calcio, ácidos biliares y otros componentes de la bilis.

La formación de los cálculos es el resultado de una combinación de varios factores, que incluye la sobresaturación de la bilis con colesterol, que acelera la formación de los mismos, así como la deficiencia de sustancias disolventes como las sales biliares y los fosfolípidos.

El suplemento de lecitina de soja (que contiene altas concentraciones de fosfolípidos) tiene potencial para disminuir la litogénesis (formación de piedras) de la bilis si estuviera muy saturada por colesterol. Algunos estudios han encontrado una menor concentración de fosfolípidos biliares en pacientes con cálculos, aunque otros estudios no han detectado ninguna diferencia.

En una reciente revisión sobre los enfoques nutricionales para la prevención y el tratamiento de los cálculos biliares, realizada por el doctor Alan R. Gaby para la publicación médica 'Alternative Medicine Review' en septiembre de 2009, se deduce que la lecitina puede servir para prevenir la colelitiasis en pacientes predispuestos, pero no está claro que sea un remedio efectivo para disolver los cálculos una vez formados. Tampoco está definida la dosis necesaria para que el aporte extra sea efectivo. En algunos ensayos clínicos se ha observado mejoría con cantidades bajas de lecitina (100 miligramos, 3 veces al día), mientras que en otros se ha probado con 4,5 gramos durante varias semanas.

PRESENTACIÓN COMERCIAL

En la obtención de la lecitina de soja, las semillas se limpian, se descascarillan y, una vez abiertas, se enrollan para formar copos delgados. Se extrae el aceite de estos copos y queda una mezcla que contiene aceite de soja y lecitina. A continuación, se calienta el aceite crudo y se le añade agua, lo que provoca que la lecitina se hinche y forme una emulsión gelatinosa que se separa sin dificultad. Tras este proceso, se elimina el agua por evaporación y queda la lecitina.

En el mercado se comercializan numerosas marcas de lecitina, pero la calidad y eficacia de este suplemento depende de la composición del complejo de fosfolípidos. Es más apropiado el que contiene entre un 98% y un 99% de fosfolípidos, y están en forma de colina fosfatidil, el tipo de lecitina que abunda en el músculo cardiaco. La lecitina granulada se puede tomar antes de comer para preparar la digestión de las grasas, o se puede mezclar con ensaladas, zumos, sopas o cremas.

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