AUTOESTIMA

martes, 22 de diciembre de 2009

AVATAR


Doce años después del gran éxito de Titanic, su escritor, director y productor, James Cameron, presenta su proyecto más personal y ambicioso: Avatar. Llamado a ser un taquillazo, Avatar es una propuesta que regala al espectador una aventura en una luna llamada Pandora, un viaje con personajes e imágenes únicas que invitan al amor y a la protección de la naturaleza, en una película que combina acción real con una animación realizada con una tecnología, tridimensional, que logra un nuevo hito en la técnica de la captura de movimiento

Al igual que en Aliens, Terminator o Titanic, James Cameron no va a dejar indiferente al público con Avatar. Las anteriores fueron películas rompedoras con una mezcla de espectáculo, narrativa y personajes absorbentes, y magia técnica decididamente al servicio de la historia y de la emoción. En Avatar sucede lo mismo. Cuenta James Cameron que la historia de Avatar la escribió hace quince años. Sin embargo, trasladar al espectador a ese mundo tan fascinante exigía el desarrollo de una nueva tecnología de efectos especiales que entonces consideraba que no había. El resultado es un sorprendente espectáculo visual perfectamente combinado con una historia épica inimaginable: «Yo quería crear un tipo de aventura corriente en un ambiente poco corriente», explica Cameron.
Hasta ahora, el documental era el mejor género para apreciar la belleza de la naturaleza y su importancia, pero, con Avatar, la ciencia ficción y la animación se convierten en un gran aliado para convertir a los espectadores en amantes del medio ambiente. La aventura de Avatar tiene lugar en Pandora. Muchos de sus habitantes y paisajes son similares a los de la tierra, pero hay muchas particularidades que la hacen única: sus habitantes son gigantescos, de color azul, ojos amarillos, muy estilizados y con una enorme sintonía y conexiones con la naturaleza que les rodea. Su entorno está lleno de animales curiosos, montañas flotantes...
Al hermoso mundo de Pandora, accede el espectador de la mano de Jake Sully, un exmarine parapléjico que ya no puede dedicarse a luchar debido a su discapacidad. Cuando le comunican que su hermano gemelo, que era científico, ha muerto, le dan la oportunidad de ocupar su lugar en el programa Avatar, en la luna Pandora. Ahí los humanos libran una batalla contra la población indígena, los Na'vi, a los que intentan convencer de que se trasladen a otro lugar, ya que donde están asentados se encuentra la mayor concentración de unobtainium. Se trata de un mineral que las grandes corporaciones quieren conseguir a toda costa, ya que es la clave para solucionar la crisis energética de la tierra en el siglo XXII. El programa Avatar le permitirá a Jake Sully adoptar la identidad de un nuevo alienígena, mitad humano, mitad Na'vi, para infiltrarse entre los indígenas y lograr convencerles pacíficamente de irse. El destino hará que las cosas no sean sencillas, y Sully se embarcará en una aventura que le convertirá en protagonista de una gran historia.

El australiano Sam Worthigton, al que recientemente hemos visto encarnando a Terminator, ha sido el responsable de dar vida a Jake Sully. Le acompañan en el reparto la joven Zoe Saldaña (Neytiri, la indígena que conquista a Sully) y la veterana Sigourney Waever, que ya trabajó para Cameron en Aliens, y ahora interpreta a Grace, la científica que guía a Jake en el campo científico. Varias son las temáticas de la película: la necesidad de pertenencia, el respeto a los demás, la paz... Pero la columna vertebral de la historia habla de los peligros de no promover un desarrollo solidario orientado al bien común. Así, el egoísmo y los intereses económicos se ponen por encima del respeto a la dignidad de otros seres. La temática de la protección de la naturaleza hace que la película de Cameron esté de actualidad. El director de Avatar concede una gran importancia a la educación que la población indígena de Pandora, los Na'vi, ofrece a Jake Sully para que aprenda la importancia que tiene su hogar, las conexiones con la naturaleza y todos los demás seres que habitan en él, algo esencial en la cultura de los Na'vi. Sin duda, se trata de las escenas más hermosas de la película, que son las que además justifican después la transformación del protagonista. En Avatar todo se ha hecho a lo grande y con gran calidad. Se trata de la película más cara de la historia del cine: 500 millones de dólares. Los aciertos de la historia, las interpretaciones, la técnica, la música... tienen un sólo pero en las espectaculares escenas de lucha, que aunque convertirán Avatar en el videojuego de la temporada, transmiten la idea de que la violencia está justificada en detrimento de otras vías de solución a los problemas.

1 comentario:

  1. me parece que ud captó la esencia viva de la película, y me atrevo a pensar que eres un biológo conservacionista. Muy bien Arnold Russell

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