Aesculus hippocastanum L.
Castaño de Indias
Historia
Aunque este hermoso árbol no pertenece a la flora suiza, según indican los análisis de lignito, crecía ya en Europa Central antes del último período glacial. Fue desde entonces gradualmente implantándose en las montañas de Grecia, los montes Balcánicos, el Cáucaso y Asia Menor, hasta en la cadena del Himalaya. Es un árbol de gran porte, robusto y uno de los primeros en cambiar antes de que llegue el invierno a su fin. Fácil de reconocer por sus grandes hojas enfrentadas, de prolongado rabillo y compuesta de cinco a nueve gajos u hojas secundarias que, naciendo del origen, se extienden como los dedos de una mano abierta. Su tronco puede alcanzar los 35 metros o más y su corteza rugosa y grisácea se divide en varias ramas opuestas que en conjunto forman una copa piramidal. Los bordes de las hojas tienen dientes numerosos y desiguales. Las flores son blancas y muy vistosas, irregulares y dispuestas en grandes ramilletes terminales apiramidados.
Su vuelta a Europa Central no fue hasta que el médico y botánico Kart Clusius (1526-1609) recibió como regalo de despedida las castañas de un sultán turco que, a su regreso, las plantó en los jardines de la corte de Viena en 1576. La primera descripción con ilustración aparece en una edición del Matthiolus, 1565, quien trajo de Constantinopla una rama con sus frutos. Todavía tendrían que transcurrir muchísimos años hasta que el árbol fuese replantado en Suiza. Ahora no podemos imaginarnos ninguna ciudad, ni parques, ni jardines sin este árbol de porte exuberante y majestuoso, con sus hermosas hojas y sus flores magníficas.
El origen del nombre de la especie Aesculus es incierto. Según Linneo, proviene de un nombre que describía una especie de roble. Hippocastanum significa "castañas de caballo" que por el gran amargor de su semilla, los turcos daban como alimento a los caballos viejos para calmarles la tos y aliviarles del asma. Para los ciervos, los gamos o los jabalíes constituyen, sin embargo, un precioso alimento durante el invierno.
En medicina, se utilizaban las castañas de India para curar las hemorroides, las hemorragias uterinas, los catarros vaginales y de los intestinos, la bronquitis crónica, la epilepsia, las migrañas y los vértigos. Para tratar los pólipos nasales se tomaba el castaño de India triturado. No fue hasta el 1896 cuando un médico francés investigó por primera vez y de forma sistemática las propiedades curativas de las castañas de India y aseguró su eficacia en el tratamiento de las hemorroides.
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| Características Botánicas
El castaño de Indias es un árbol hermoso y robusto con una raíz pivotante y ramificada que puede alcanzar los 30 ó 40 metros de altura y llegar a tener hasta más de 250 años. Algunos ejemplares catalogados tienen unos 2000 años. La mayoría de las veces los viejos castaños de Indias son abatidos por la fuerza del viento. Su tronco grisáceo está recubierto por una corteza lisa, se vuelve rugosa y se divide en varias ramas opuestas que en conjunto forman una copa piramidal. Sus hojas constan de 5-7 foliolos palmeados ovalados, puntiagudos y dentados.
Las flores blancas, manchadas de rosa y visibles en abril ó mayo, se agrupan en panículas apicales largas y anchas.
El fruto es una cápsula carnosa, coriácea y espinosa, que contiene de una a cuatro grandes semillas deformadas por estar comprimidas, lustrosas y con una marca blanquecina.
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