AUTOESTIMA

lunes, 14 de septiembre de 2009

ESCUCHAR, MUCHO MAS QUE OIR





El escuchar es una parte activa de nuestras conversaciones. Es quien le escucha quien le da sentido a lo que hemos dicho. De algún modo, es esa persona la que termina con su interpretación definiendo el mensaje. Trata de pensarlo, ¿alguna vez interpretaste algo de algún modo, para darte cuenta tiempo después que tu interpretación no tenía que ver con las intenciones de quien te había hablado? Por eso es importante entrenarnos en el arte de escuchar, aprender a preguntar e indagar como parte de la escucha, asegurarnos tanto de uno u otro lado que lo que se recibe es lo que el emisor quiere comunicar. Aprender a indagar para darnos cuenta que la otra persona escuchó lo que queríamos decirle, que nuestro mensaje fue bien escuchado.

• Y el segundo punto y es en él en el que quiero ahondar es en la cuestión de respeto y valoración que se pone en juego en la escucha. De algún modo en la escucha se pone en juego lo que Maturana llama el respeto del otro como un legítimo otro. Aceptar al otro como un legítimo otro es aceptar al otro tal cual es, es reconocerlo por lo que dice, y por lo que le pasa…


De algún modo a través de nuestra escucha validamos a las otras personas, le decimos TE ESCUCHO, te veo, es importante para mi lo que tienes para decirme, me interesa Tu persona. Trata de pensar por un momento cómo te sientes cuando le hablas a alguien sobre algo importante y ese otro te escucha mientras escribe algo en su ordenador, o hojea en sus papeles. ¿Cómo te sientes? O quizás te pasó alguna vez que estabas hablando y ni siquiera terminaste la frase porque te diste cuenta que a la otra persona no le interesaba o no estaba escuchando lo que decías ¿Puedes recordar la sensación en tu cuerpo? Francamente olvidable, nada que uno quisiera recordar.

En cambio seguramente te ha pasado de hablar con alguien que ayudó a que sientas que lo que tenías que decir merecía la pena escucharse, que era importante para ese alguien lo que tenias para decir ¿Puedes recordar cómo te sentiste? ¿Cómo es tu relación con esa persona o cómo lo era? ¿Te daba o te da gusto hablar con ella? Si?! Pues eso es lo que nos pasa cuando alguien nos escucha. Nos sentimos bien, nos sentimos importantes, nos da gusto estar con esa persona.


Sobre esto, quiero que reflexionemos, que nos preguntemos ¿Escuchamos a los otros? ¿De qué modo? ¿Escuchas a los demás mientras lees, mientras envías un mail o miras algo en tu ordenador? O ¿Escuchas poniendo el 100 % de ti a disposición de esa escucha, prestando atención a lo que el otro tiene para decirte, a su emocionalidad, a lo que no dice, a lo que le importa y le preocupa?

¿Escuchas dejando de lado las etiquetas que les has puesto a los otros? O muy por el contrario ¿Tú ya sabes lo que él va a decir porque ya sabes el tipo de persona que es y por lo tanto las cosas que piensa y dice y ni falta que hace que lo escuches?

¿Escuchas porque con los años has aprendido que de todas y cada una de las personas que pasan por nuestra vida hay algo que podemos aprender? O ¿a ciertas personas ni las escuchas porque tú ya sabes mucho y estás de vuelta de muchas cosas?

Quizás no importan tanto las razones, si lo hacemos por apuro, si lo hacemos por indeferencia, por desconocimiento o porque no le damos a las personas y a las relaciones el valor que tienen… quizás eso no sea importante…

Quizás sí podamos rescatar como importante que la escucha es una parte importante de nuestras conversaciones, que en ella se teje una parte importante de nuestras relaciones, de nuestro bien-estar y del bien-estar del otro en el con-vivir con el otro, que de una buena escucha resulta un hacer efectivo donde logramos coordinar acciones donde lo que se pide y lo que se da van en concordancia.

Quizás podamos pensar o re-pensar que el escuchar es también una forma de mostrarle a los otros lo importante que son para nosotros…


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