Las
isoflavonas son el tratamiento natural más empleado para prevenir las
enfermedades y trastornos asociados a la menopausia sobre todo a partir
de la última década. Su utilización está en auge entre las mujeres
españolas, ya que diversos estudios han demostrado que su ingesta puede
ser útil para tratar desde problemas cognitivos, cutáneos, alteraciones
del sistema nervioso, y demás trastornos asociados a la etapa
menopáusica. Así se ha puesto de manifiesto en el Curso de Fitoterapia
que la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) ha
organizado en Oviedo y en el que se han dado cita destacados expertos
nacionales para poner en común los avances en materia de investigación
en este ámbito. “Las isoflavonas poseen una estructura química tal que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia es la causa de la aparición de sofocos, sudoraciones, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis", señala el doctor Ignacio Bachiller, doctor Ignacio Bachiller, miembro del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la AEEM y coordinador de esta edición del Curso. Según explica el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la AEEM, “los estrógenos se unen tanto a los receptores α como a los β mientras que las isoflavonas se unen a los receptores β pero prácticamente no se unen a los α. Es decir, las isoflavonas actuarán sobre el sistema nervioso central y los vasos sanguíneos, aliviando los síntomas vasomotores, pero, al no actuar en las mamas o el útero no producirán sobre ellos ningún efecto estrogénico, de forma que no se aumenta el riesgo de cáncer de mama y útero”. La soja es fundamentalmente la planta de la que se obtienen estas sustancias naturales que producen una reducción significativa de los sofocos y ejercen un efecto protector sobre los problemas cardiovasculares, además de prevenir la aparición de osteoporosis. “No obstante, para que sea efectivo debe administrarse una dosis diaria adecuada y, en este caso, para el abordaje de los síntomas climatéricos debe ser de, al menos, 80 mg de isoflavonas y 15 mg de genisteína”, explica el doctor. Para más información: Gabinete de Prensa AEEM (Isabel Chacón / Marina Tocón) Tfno.: 91 787 03 00 |
AUTOESTIMA
lunes, 18 de febrero de 2013
Las isoflavonas no aumentan el riesgo de cáncer de mama y útero
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