AUTOESTIMA

martes, 15 de mayo de 2012

EL HUMO DEL TABACO

- El humo del tabaco agrava los síntomas alérgicos

 Entre el 15 y el 20% de la población española ya ha comenzado a padecer los incómodos síntomas de la alergia al polen. Dejar de fumar puede ser el remedio más eficaz para paliar los efectos de los alérgenos, ya que el humo del tabaco contiene 4.700 sustancias químicas que aumentan la facilidad del alérgeno de penetrar en el organismo, impactando de una doble manera sobre las vías respiratorias. “El humo del tabaco es un claro irritante de las mucosas respiratorias” explica el médico especialistael doctor Pedro Ojeda, , añadiendo que también provoca “una mayor exposición de la mucosa a los alérgenos, al disminuir su capacidad de eliminación del moco que sirve como depurador del aire que respiramos”. Como resultado, se prolonga la permanencia del alérgeno en la mucosa y, por lo tanto, se produce el recrudecimiento de los síntomas en los fumadores, aunque no son ellos los únicos perjudicados. También las personas con alergia que se exponen de manera indirecta al humo del tabaco presentarán un agravamiento de la sintomatología (aunque no de forma tan acentuada como los primeros), pudiendo existir también una mayor resistencia al tratamiento con antihistamínicos. Según el doctor Ojeda, “el alérgico puede notar que sus síntomas de irritación de los ojos, congestión nasal o estornudos, e incluso el asma, empeoran con la exposición indirecta al humo de tabaco.” Además, apunta el doctor, “hay estudios que demuestran claramente que la exposición de bebés y niños pequeños a humo de tabaco dentro de la casa, e incluso que los bebés nacidos de madres fumadoras, comportan mayor riesgo de padecer problemas respiratorios a lo largo de su desarrollo, entre ellos el asma”.
Las previsiones para esta primavera sitúan la concentración del polen de gramíneas (que afecta al 80% de las personas con alergia al polen) en torno a los 2.600 granos/m3, cuando la mayoría de los pacientes ya presentan síntomas a partir de los 50 granos/m3.[i][1] La congestión nasal, los ojos rojos, la conjuntivitis y los estornudos son algunas de las señales inequívocas que delatan la existencia de una reacción alérgica al polen.

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