Para mantener la salud cardiovascular hay
que conseguir la máxima cantidad posible de colesterol bueno (HDL) y la
menor de colesterol malo (LDL)

Al estudiar sus efectos en el organismo, se ha constatado que las personas con altos niveles de HDL están más protegidas de las enfermedades del corazón, frente a las que tienen bajos niveles de HDL. Por el contrario, niveles altos de LDL se han asociado a un mayor riesgo cardiovascular. De ahí que a las HDL se les conozca popularmente bajo el nombre de colesterol bueno y a las LDL como colesterol malo. Así, podría afirmarse que son el ángel de la guarda que vela por la salud humana y el diablo que intenta sabotearla.
El colesterol malo (cLDL) se oxida y se deposita en las paredes de las arterias, donde se acumula y forma placas de ateroma que se pueden romper y generar un trombo que se desprende, circula por la sangre hasta obstruir una arteria y provoca un infarto de corazón o cerebral (ictus). En cambio, el colesterol bueno (cHDL) no permite que llegue el cLDL de los alimentos al hígado y, por lo tanto, que se oxide y se acumule en las arterias.
Niveles adecuados

Pero, además, hay que conseguir la máxima cantidad posible de colesterol bueno (HDL) y la menor de colesterol malo (LDL). De manera habitual, las mujeres parten de una situación ventajosa respecto a los hombres ya que, por naturaleza, sus niveles de HDL son más altos: tienen en torno a 40-45 mg/dl de HDL y los hombres, de 35-40 mg/dl. En cuanto al LDL, un adulto no debe tener más de 130 mg/dl, ya sea hombre o mujer.
Estrategias para regularlo

- Aumentar el colesterol bueno mediante ejercicio físico, porque lo contienen pocos alimentos, sobre todo los ricos en Omega 3 y 6, como el pescado azul, frutos secos como las nueces, o la manzana.
- Frenar la absorción del colesterol malo con alimentos ricos en fibra como las verduras, legumbres, cereales integrales y la fruta (sin abusar de ella) para neutralizar sus efectos del colesterol malo, ya que es difícil incrementar el colesterol bueno con la alimentación.
- Evitar los alimentos con colesterol malo ricos en grasas saturadas, presentes en la mantequilla, carnes rojas, la yema de huevo, embutidos, quesos o alimentos procesados, porque elevan el colesterol en sangre. No obstante, los especialistas advierten que el aumento del colesterol no depende tanto de la ingesta de mucho colesterol malo, sino de la ingesta total de grasa. Esto significa que debe limitarse su consumo diario.
Consejos para subir el colesterol "bueno" y reducir el "malo"
Caminar media hora al día a paso ligero, tipo marcha, sin pararse.
- Seguir una dieta variada y equilibrada.
- Ningún alimento es malo o bueno, depende de la cantidad que se tome y cómo se combine.
- Evitar las grasas saturadas porque elevan el colesterol en sangre.
- Controlar que la grasa no supere el 25%-30% de todas las calorías de la dieta.
- Limitar las calorías diarias a 2.000-2.200 en el caso de hombres con una actividad normal (un tanto sedentaria) y 1.800-2.000 en el de las mujeres.
- Evitar consumir alcohol y dulces (azúcares de absorción rápida) porque aumentan los triglicéridos, un lípido que eleva el colesterol malo.
- No abusar de la fruta, porque se convierte en fructosa, que aumenta los triglicéridos.
- Recordar que los alimentos de origen vegetal, si están procesados, también pueden contener grasas perjudiciales, como la margarina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario