El reconocido investigador en nutrición, el
estadounidense Walter Willett, ha concluido que la sustitución de las grasas
saturadas por las insaturadas es un aspecto de vital importancia en la
prevención de la enfermedad cardiovascular.
Walter Willett, analizó los trabajos de investigación
científica realizados en los últimos 40 años sobre la relación de las grasas
nutricionales y las enfermedades cardiovasculares, concluyendo que no es la
cantidad de grasas que contienen los alimentos lo que más influye en la
prevención de la enfermedad cardiovascular, sino la composición de esas grasas.
El investigador apunta que reducir el consumo de grasas saturadas solo resulta
beneficioso si esas grasas se sustituyen por grasas insaturadas y ácidos grasos
poliinsaturados. Las grasas poliinsaturadas bajan los niveles de LDL
(colesterol malo) y suben los niveles de HDL (colesterol bueno). En cambio, una
dieta baja en grasas saturadas pero en la que éstas han sido sustituidas por
hidratos de carbono, es menos eficaz.
El cambio de la composición de las grasas en la dieta
puede lograrse sustituyendo la mayor fuente de grasas saturadas como son los
lácteos y la carne, por fuentes de grasa insaturada como los frutos secos, el
pescado,la leche de soja y otros derivados de soja y aceite de oliva. Estos
hallazgos han sido confirmados recientemente por los resultados de una revisión
realizada por Cochrane, reconocido en todo el mundo por sus opiniones basadas
en la evidencia.
Fuentes:
Willett WC. Las grasas alimentarias y la enfermedad
cardíaca coronaria. J Intern Med 2012; 272:13-24.
Hooper L, Summerbell
CD, Thompson R et al. Reducción o modificación de grasas en la
dieta para prevenir la enfermedad cardiovascular. Cochrane Database Syst Rev.
2012; 5: CD002137.
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